A veces me pregunto si es que los hombres huyen al conocerme o por el contrario soy yo quien huye de ellos.
Y es que sé el tipo de mujer que soy, un poco difícil de complacer y cautivar. Mi orgullo por no doblegarme frente a alguien a veces me traiciona pues muchas veces no sé cómo empezar una relación.
Las mujeres somos tan complejas que así somos para escoger a un hombre – aunque a veces caemos con lo peor de lo peor- pero por lo general las ya maduras como yo, vamos en busca de un hombre de nuestra talla y al no encontrarlo preferimos quedarnos solas, como las eternas solteras.
Pero ya me cansé de mi estado civil, más que soltera estoy desaprovechada. Pocos se arriesgan a conocerme, y a otros simplemente no les doy oportunidad, pero sin hacer tanta publicidad, quien no quiere a una mujer auto-suficiente, independiente, con un toque de aventurera y de seriedad, quien no ha conocido los suaves labios de una mujer de mi talla en definitiva está desaprovechando las oportunidades de la vida.
Aunque suene un poco vanidoso no lo es, todas debemos darnos nuestro justo puesto, y saber lo que valemos. Quienes estamos bajo los brazos de la soltería sabemos que estamos un poco desaprovechadas, pero también estamos conscientes que somos nosotras mismas quienes muchas veces no dejamos entrar un hombre a nuestra vida, porque no cumple nuestras expectativas a veces un poco absurdas e innecesarias.
Lo que también sé es que hay hombres que prefieren lo corriente, lo común, estereotipos marcados por la sociedad, y si se topan con alguien de mi calibre salen despavoridos porque entienden que no podrán marcar su territorio fácilmente. Existen los que saldrán corriendo y los que se quedaran cautivados luchando por eso que los saca de control, pero estos últimos cómo que a mí no me han tocado. Que desaprovechada estoy.
Jasmin Alfonzo 