Hace ya muchos besos que no se de tus labios.

Encontrar paz en quien te vuelve loco; eso es amor.

Lo que no hicimos es lo que más echo de menos.

Todo eso que tal vez nos dijimos con las miradas pero que nunca transformamos en verbo.

Llorar es regarse para crecer más fuerte.

Se vale, una y otra vez; llorar y llorar para drenar el alma.

Hay insomnios que llevan nombre de persona.

También hay que aprender agradecer lo que no fue.

Siempre he sido partidaria de agradecer por todo aquello, incluso por lo  que pudo haber sido pero no fue así.

Hay lunares en mi cuerpo que están hechos para tus labios.

Lunares perfectamente ubicados para ti; los que de alguna u otra manera te esperan.

No dejemos a un lado las personas que merecemos.

El tiempo pasa volando sin darnos cuenta, de algún modo dejamos pasar las cosas buenas frente a nuestros ojos sin retenerlas un poco.  Cosas que nos pertenecen solo a nosotros, las que surgen para que las cojas como tuyas y de nadie más.

Me gusta provocar deseos, eso de pedirlos no es lo mío.

Me gusta pasearme por ahí, invitando la mirada masculina e insinuándolo a pecar por mí.